Los problemas relacionados con la salud mental eran una condición que prácticamente pasaba desapercibida, considerada un mal al que no se le debía dar mucha importancia. Sin embargo, a raíz de la pandemia ocasionada por el covid-19 y sus efectos, como cambios abruptos en los hábitos diarios, el miedo al contagio, la frecuente desconexión con la naturaleza y las modificaciones de los roles familiares –debidas al home office, las clases en línea e incluso el desempleo–, ha comenzado a tomar la importancia que desde siempre tendría que haber tenido.
Es evidente que el aislamiento y la preocupación por la pandemia de covid-19 sigue afectando la salud mental de las personas. Se trata de una crisis global sin precedentes, que ha tenido un impacto sobre la salud mental e incluso la salud física de millones de personas en México y alrededor del mundo.
¿Cuáles son las principales alteraciones de la salud mental?
El aislamiento se volvió un factor relevante que ha minado la salud mental de muchas personas con los diversos efectos que puede desencadenar en la mente de las personas –desde ansiedad hasta depresión–, pero quizá en lo que se debe poner mayor atención es en algo todavía más grave, que es una de las peores consecuencias de estos problemas: El suicidio.
De acuerdo con un estudio reciente del Instituto de Salud Global de Barcelona, antes de la pandemia la depresión era la segunda causa de carga de enfermedad a nivel global, y el suicido la segunda causa más común de muerte en personas jóvenes de entre 15 y 29 años. Sin embargo, los países gastan, en promedio, menos de 2% de sus presupuestos sanitarios en salud mental, y hasta 85% de las personas con trastornos de la salud mental no reciben tratamiento en los países de ingresos bajos y medios.
Esfuerzos insuficientes para mejorar la salud mental
En México, como en otros países, los esfuerzos han sido insuficientes para atacar los problemas de salud mental desde su raíz, ya que lo que sucede en el ámbito privado, en los hogares, está todavía lejos del alcance de las políticas sociales.
Un dato escalofriante, que muestra la gravedad de esta problemática es que, de acuerdo con Paulina Arenas, responsable del Centro Comunitario de Atención Psicológica Los Volcanes, de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México, la población de hombres y mujeres jóvenes entre 15 y 29 años es la más afectada por la tendencia al suicidio. Esto es preocupante en todos sentidos, ya que es un sector de la población sumamente vulnerable.
Para Paulina Arenas, con los efectos de la pandemia estamos aislados y con poco contacto con los demás; esta sensación de aislamiento, además de falta de contacto y de apoyo social, generalmente son causas presentes para que esta acción se dé. Puede ser que esta pandemia pase –aunque no sabemos cuándo va a ser eso–, pero ya ha dejado a su paso un gran aumento del desempleo, y, además, la claridad de que es necesario contar con herramientas de salud mental que les permitan a las personas enfrentar estas situaciones.
Atender los problemas de salud mental
Aunque es sumamente complicado y difícil de anticipar, algo que puede ayudar a prevenir el siucidio es vigilar: Monitorear palabras, gestos, conductas y pensamientos de las personas que más queremos y que están pasando por una etapa difícil en su vida. A fin de prevenir un suceso tan lamentable como este, cada caso es especial y, aunque como dice el refrán “cada cabeza es un mundo”, a estas alturas es un problema que nos debe preocupar a todos como sociedad.
Lo más importante para atender los problemas de salud mental, y de consecuencias serias como el suicidio, es nunca juzgar ni la problemática ni a quienes la padecen. Es indispensable estar abiertos a entender y reflexionar sobre la complejidad de lo que viven y, sobre todo, debemos buscar ayuda profesional e impulsar a otras personas a que la busquen y la reciban.
Es indiscutible que la pandemia de covid-19 reveló la imperiosa necesidad de reflexionar sobre la vulnerabilidad del ser humano ante los problemas de salud mental y sus graves efectos. Hoy más que nunca debemos ser conscientes de su trascendencia.
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